Si hace poco más de un mes fue WannaCry, hoy ha sido Petya (diminutivo de Pedro, en ruso) quien ha puesto en jaque a empresas de todo el mundo. Muchos expertos habían comentado que el ciberataque del pasado 12 de mayo no era sino el comienzo de una tendencia. Esta vez, un nuevo ransomware que ha ‘nacido’ en Ucrania se ha extendido por empresas de todo el mundo.
Por el momento no se saben todas las consecuencias que tendrá el virus, que afecta a equipos Windows, pero en el país de origen han sido infectadas instituciones como el Banco Central o el metro de Kiev, e incluso se habla de la afectación de bancos y aeropuertos.
Los atacantes piden un rescate en bitcoin de 300 dólares para desbloquear los sistemas.
Los tentáculos de Petya (también denominado NotPetya) se han extendido rápidamente por Rusia, donde ha ‘caído’ la petrolera Rosneft, y especialmente por Reino Unido e India.
El malware, de tipo Petya y que ya se conocía desde marzo de 2016, cifra el sistema operativo o disco duro y, una vez que infecta una máquina, puede propagarse por el resto de sistemas conectados a esa misma red.