Cuando llegó la pandemia, iniciando el 2020, la prioridad de las empresas era conformar una infraestructura de comunicaciones e intercambio de información que soportara las operaciones hasta que el trabajo volviera a la normalidad. Un año después, seguimos en las mismas y los negocios están reconsiderando su perspectiva de “lo normal”, reinventando sus lugares de trabajo y sus prácticas de negocios con la adopción de modelos más flexibles que toman ventaja de las tecnologías vanguardistas.
El Covid-19 no sólo aceleró la necesidad de tecnologías de punta. Con millones de empleados moviéndose de la oficina hacia ubicaciones remotas, aumentó la presión sobre las redes, lo que redundó en mayor latencia, más necesidad de energía y capacidad computacional, así como un almacenamiento más cerca del “nuevo” Edge de la red.
Profesionales que se conectan a Zoom, editores de video trabajando en modalidad home office, que transmiten grandes archivos, miles de estudiantes que toman sus clases en línea y médicos que hacen consultas remotas, vía videoconferencia, interactuando con imágenes en alta resolución, aprovechan sin duda este nuevo Edge. Invertir en estas soluciones, que procesan datos de forma local y permiten conexiones más fluidas, evita tener que avanzar por redes públicas cada vez más sobrecargadas.
El resultado: un auge en el hardware, software y aplicaciones relacionadas con Edge. De hecho, los analistas predicen que crecerá a un ritmo anual de 30%, alcanzando los 44,000 millones de dólares hacia 2030. Conforme los negocios aumenten sus inversiones en proyectos de transformación digital, Edge abrirá nuevas oportunidades para el éxito de los mercados. Éste es un análisis de tres áreas en que esta tecnología desempeñará un papel destacado.
Servicio al cliente
Los clientes, sin duda, son exigentes. Quieren alternativas, información, opciones de compra intuitivas y respeto por su privacidad. Si los negocios tienen datos y conocimiento disponible al instante, responderán mejor. Éste es, precisamente, uno de los puntos fuertes de las aplicaciones Edge.
Los retailers pueden usar dispositivos periféricos con funciones de almacenamiento en caché web para replicar las experiencias de los clientes online en el mundo físico, capturar toda la información que recaben de ellos, extraer conocimiento de los datos obtenidos de patrones de compra, procesar conexiones en tiempo real y alistarse para servir mejor a sus clientes en puntos clave del proceso de compra. Fuera de la tienda, pantallas digitales pueden transmitir ventas emergentes para atraer a más compradores al interior y, cuando entren, la red se puede conectar a sus móviles y acceder a su historial de compra.
En la tienda, hay lugar para más innovación, como kioscos con ofertas personalizadas basadas en patrones de compra de los visitantes. Los clientes pueden atenderse ellos mismos mediante pantallas de búsqueda de productos fáciles de usar que los orienten hacia los artículos correctos en función de preferencias particulares seleccionadas por cada uno.
Seguridad
La proliferación de aplicaciones de Edge Computing tiene ramificaciones importantes, y aparentemente contradictorias, para la seguridad. Si bien agregar más nodos abre nuevos puntos vulnerables de ataques (lo que lleva a los líderes de seguridad de TI a reforzar sus defensas para garantizar que los datos y aplicaciones almacenados en el borde coincidan con la fuerza que se aplica al interior), también es cierto que la naturaleza descentralizada del cómputo Edge aporta ciertos beneficios: si un dispositivo Edge se infringe, los equipos de seguridad aíslan fácilmente el punto final para evitar que el ataque se extienda a toda la red, y configuran modelos Edge para mantener más datos en los puntos finales y limitar la cantidad de información que se envía de vuelta en el home office. Esto aporta una capa adicional de seguridad y mantiene las amenazas lejos del centro de datos, donde están la mayoría de los recursos de misión crítica.
Para optimizar la seguridad en un sistema optimizado por Edge, las organizaciones deben establecer programas de gobernabilidad sólidos, que permitan controlar los datos que se generan, procesan y transfieren desde distintos puntos. Además, es crucial que la implementación del cómputo Edge enfatice en una adecuada gestión de los dispositivos IoT, que son difíciles de proteger. Habría que aplicar una configuración basada en políticas y seguridad informática y del almacenamiento, poniendo especial atención en el cifrado de los datos, incluso en migración. No es que la seguridad del borde sea un concepto nuevo, pero el reto ha crecido por la expansión del teletrabajo y las aplicaciones relacionadas con IoT que están on site. Por eso, resolver los problemas de seguridad es prioridad en 2021, y para los años por venir.
Democratización de la tecnología
La habilidad de Edge para agregar, procesar y analizar datos localmente abre nuevas oportunidades para las iniciativas empresariales. Será más económico gestionar los datos, disponibles para grupos más amplios de talentos cualificados, y los costos operativos y de puesta en marcha serán menores, creando un mercado en ciernes para nuevas organizaciones en sectores existentes o nacientes.
El impulso para esta democratización viene, en parte, por el cambio hacia el trabajo remoto: las oficinas en casa crearán sus propios puntos Edge individuales y las empresas establecerán hubs Edge regionales para atender a un mayor número de empleados y colaboradores remotos. La labor de los proveedores de telecomunicaciones será reforzar estos hubs aprovechando la rapidez que aporta el 5G para aligerar las cargas de tráfico que hoy en día empantanan las repentinamente sobrecargadas redes.
Y es así como, a partir de este año, las tecnologías Edge darán el impulso necesario a los negocios.
–Rick Vanover, director senior de estrategia de producto en Veeam, y Dave Russell, vicepresidente de Estrategia Empresarial en Veeam
