La globalización de la economía ha dado lugar a que cada vez haya más empresas con presencia en múltiples países y, por tanto, a la descentralización de las nóminas de empleados. Esto, en principio, no es malo, aunque a los administradores les plantea desafíos, pues deben coordinar a empleados repartidos por todo el mundo.
La tecnología cambió de forma espectacular los roles de gestión de las empresas, así como los equipos, e incluso las compañías al completo. De hecho, con lo que ha avanzado la tecnología podría darse el caso de que una compañía podría tener a todos sus empleados trabajando en remoto.
Claro que hay mucho de positivo en toda esta evolución, pero también es verdad que los encargados de gestionar a equipos dispersos, lo tienen más difícil hoy que antes. Esta lejanía puede afectar al rendimiento y hay al menos seis decisiones que pueden potenciarlo.
Phil Shawe, Co-CEO de TransPerfect, gestiona más de 4,000 empleados en 100 países y ha aprendido mucho de su experiencia. Por ejemplo, tuvo que ser creativo para hacer que el modelo descentralizado funcionara, pero con base en las lecciones superadas.
La primera es que la gestión debe considerarse como una habilidad, que algunas personas la tienen y otras no. El objetivo de un administrador es ayudar a los empleados a reconocer y superar su potencial, y eso requiere algunas características específicas. Generalmente, la mayoría de los trabajadores consiguen ser promocionados en función de su rendimiento y su experiencia, pero esto no se traduce necesariamente en que tenga cualidades para ser un buen gestor.
De ahí que, en su opinión, sea importante para una compañía que se mueve en un ambiente global que forme a las personas para ser líderes, que sean flexibles y con capacidad de adaptación.
El segundo consejo es estar abierto a viajar, porque será obligatorio visitar las diferentes oficinas y pasar tiempo con los trabajadores en otros países.
A pesar de todas las herramientas de comunicación disponibles, habrá que realizar encuentros cara a cara con esos empleados.
Olvidarse de la microgestión es otra decisión importante. Hay que evitar dar demasiadas órdenes. Shawe afirma que el gestor debe visitar las oficinas, contratar a las personas adecuadas, darles las herramientas y recursos que necesitan para prosperar… y luego dar un paso atrás y dejar que ellos trabajen.
La innovación es otro aspecto clave y quien no lo esté haciendo, ya está pasando a la posteridad.
Debemos asegurar que este compromiso sea de todos (sin importar su ubicación) y que todos los trabajadores sientan que sus ideas son escuchadas.
Ser un ejemplo para los demás es otro aspecto fundamental para Shawe. El compromiso, la productividad y la innovación comienzan por el CEO y luego se filtra a toda la organización.
Finalmente, es necesario crear un ambiente donde haya sitio para que los empleados se diviertan y escapen de la rutina diaria. Un entorno comprometido pero cordial, de relaciones profesionales y con algo de diversión. Buscar formas de conectar y colaborar resulta también crucial. Incluso también ayuda invertir en proyectos filantrópicos y de responsabilidad social corporativa.