El Brexit se impuso por cuatro puntos en el referéndum efectuado ayer. Ahora Reino Unido solicitará su salida de la Unión Europea y se iniciará un periodo de dos años de negociación de este primer abandono de un país de la Unión. Examinamos las repercusiones para el comercio electrónico.
Tras conocerse que Reino Unido no permanecerá en la Unión Europea se produjo una respuesta negativa de las bolsas de valores y este abandono de la UE también tendrá repercusiones para el comercio en línea y las transacciones transfronterizas, según un análisis de Trusted Shops.
- Impuestos de aduanas e impuesto sobre el valor añadido sobre la importación
Una de las consecuencias del Brexit serán los impuestos de aduana. Los clientes de comercios de otros países que vivan en Gran Bretaña tendrán que pagar impuestos de aduanas e impuesto sobre el valor agregado sobre la importación por las compras realizadas en el país de origen. Esto significa que las compras transfronterizas serán más caras, por lo que serán menos atractivas para los clientes de Reino Unido, y en caso inverso sucederá lo mismo. Además, la burocracia se complicará. - Costos de exportación elevados
En el caso de los pequeños y medianos comercios se les dificultará soportar estos costos, ya que no les resultará tan fácil como a las grandes empresas el desarrollar cooperaciones estratégicas bilaterales y cooperaciones en el ámbito de la distribución. - Problemas relacionados con la protección de datos
En cuanto a la protección de datos también se considerará a Reino Unido como tercer país. Apenas habrá cambios notables en lo referente a la transferencia de datos a los proveedores de servicios británicos, puesto que no cabe esperar que Reino Unido pase a formar parte de la lista de países “seguros”. A estos países se les aplican, conforme a las normas de la UE, las de un nivel adecuado de normas relativas a la protección de datos, por eso la transferencia de datos se tratará como un intercambio dentro de la UE. Pero esto es algo que tampoco se considera seguro. - Repercusiones sobre la legislación
Buena parte de los ámbitos legislativos que afectan a las tiendas online ya se han armonizado. Además, con la iniciativa sobre derechos de los consumidores se acabarán de unificarse los derechos de los consumidores lo más posible. También se ha armonizado totalmente el derecho de la competencia. La armonización también significa jurisdicción del Tribunal de Justicia, al cual los tribunales británicos no tendrían que someterse. Esto podría, con el tiempo, ocasionar divergencias en cuanto a la interpretación de normas armonizadas, así como de la legislación futura. No se puede excluir una modificación drástica, ya que hasta la fecha Reino Unido, en la mayoría de los casos, apenas ha hecho uso del margen de flexibilidad en la aplicación de las normativas relevantes para el comercio electrónico.
- ¿Qué tienen que hacer los comerciantes de otros países?
Se abre ahora un plazo de dos años como “plazo de preaviso de extinción de contrato”. Durante este tiempo deberán llevarse a cabo negociaciones sobre el acuerdo de salida. El resultado de esta negociación determinará qué repercusiones concretas podría tener el Brexit tanto para el Reino Unido como para la UE. Los comerciantes deberían realizar un seguimiento minucioso de las negociaciones entre la UE y Gran Bretaña y aprovechar este tiempo para analizar el papel del mercado del Reino Unido para los negocio. ¿Qué vende esa compañía? ¿Cuál es su volumen de negocios en el Reino Unido? ¿Es un mercado que vale la pena permanecer o incursionar, y estarían dispuestos a asumir los nuevos obstáculos burocráticos y los costos administrativos? - ¿Con qué se encontrará el consumidor?
En el peor de los casos desaparecerán completamente todos los privilegios que el mercado interior europeo ofrece. En este caso, cuando un consumidor de otro país compre en una tienda online británica por un valor superior a 22 euros, se aplicará el impuesto sobre el valor agregado sobre la importación. Si el consumidor realiza un pedido por un valor superior a 150 euros, tendrá que pagar tanto el IVA sobre la importación como los aranceles. Además, se podría dar el caso de que algunos productos no se puedan comprar, ya que sólo pueden comercializarse legalmente en la UE cuando llevan la declaración CE de conformidad. En el mejor de los casos, la UE y el Reino Unido contraerán una especie de acuerdo de libre comercio y se podría producir una adhesión al Espacio Económico Europeo, como es el caso de Noruega. Esto quiere decir que Reino Unido debería armonizar la legislación en el marco de la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capital y reconocer la soberanía de la legislación europea en estos ámbitos legislativos. En tal caso se mantendrían las ventajas del mercado interior comunitario, salvo algunas excepciones.
-IDG.es