El valor de mercado del Internet de las Cosas está valuado en más de 314,000,000,000 dólares y se espera que para que en menos de cinco años llegue a los 700,000,000,000 de dólares algo así como 14,000,000,000,000 de pesos, según estimaciones de Mordor Intelligence. Quise poner la cifra con todos sus números por la gran oportunidad que representará la venta de hardware, software, seguridad, conectividad y servicios.
De hecho, la primera condición para que se den estos números debe ser el tener resueltos todos los problemas que existen en la actualidad con la ciberseguridad del Internet de las Cosas.
Y para muestra, un botón: basta recordar aquel 21 de octubre de 2017, cuando la infraestructura del Domain Name System de toda la Costa Este de Estados Unidos fue atacada y dejó fuera a Facebook, Uber, Twitter, Google, Amazon y todo el Internet gracias a un bootnet llamado “Mirai”, que precisamente utilizó al IoT apoderándose de DVD players, cámaras, sensores y demás “cosas” conectadas al Internet, para dar lugar a las olas más grandes cometidas de ataques DDoS (Distributed Denial of Service) de aproximadamente 1.2 Tbps.
Es un hecho que la enorme mayoría de los dispositivos IoT no cuentan con seguridad, pero ese es otro tema (la fuente de esta información se puede encontrar en el artículo de Nicky Woolf en The Guardian).
El segundo tema a resolver es la amplificación de conectividad.
La latencia en el envío y recepción de señales por sensores y dispositivos será fundamental; la entrada en masa de 5G abrirá posibilidades prácticamente infinitas para dispositivos desde tipo wearables hasta complejos mecanismos de IoT en aeropuertos, sistemas ferroviarios, presas de agua y hospitales. Países de América Latina –incluyendo el nuestro– tienen todavía que resolver lo concerniente a la cobertura fuera de las grandes urbes.
Una vez resueltos los problemas en hardware, software, seguridad y conectividad de IoT, veremos un crecimiento exponencial de aplicaciones y ganancias. Compañías de transporte publico nacionales ya se encuentran realizando pruebas con sus flotas, buscando identificar eficiencias en consumo de combustibles y rutas.
Asimismo, en las fábricas se está dando un aumento en la cantidad de dispositivos que permiten automatizar embarques, despachos de vehículos, administración y control de materia prima, maquinaria en producción para supervisar el rendimiento de la misma y los empleados.
Otro sector que podrá ser lucrativo en México será el de marketing, ya que se podrá recopilar información sobre las personas y sus interacciones con productos, dispositivos, el entorno y entre sí.
Podremos diseñar mejores modelos para predecir el comportamiento y denominarlos como “predicciones astutas” porque cuantos más datos tengamos a nuestra disposición, mayor será la capacidad para descifrar las interacciones complejas y sus causas.
Todas las empresas que necesiten tomar mejores decisiones podrán pensar en dispositivos conectados a pacientes para cuestiones de prevención; a automóviles para mejorar rendimiento y disminuir accidentes; a transporte público para ser más eficientes en la logística y movimiento de pasajeros; o a clientes para conocer su comportamiento y patrones. Las posibilidades podrán llegar hasta dónde les dé la imaginación.