La pandemia de coronavirus, con su explosión de trabajo remoto, llevó a niveles inusitados la tendencia de contratar talento a distancia, sobre todo en el sector tecnológico y fuera de los países sede de las compañías demandantes de este tipo de colaboradores.
En particular, las compañías estadounidenses, líderes globales en contratación offshore de talento tecnológico, aprovecharon la expansión de la virtualidad generada por la crisis sanitaria, para relocalizar sus búsquedas -tradicionalmente enfocadas en el mercado asiático hacia Latinoamérica. Esto en un marco en el que la región emparejó sus costos laborales con Asia, pero con el plus de una mayor afinidad cultural e idiomática y significativamente menor diferencia horaria, lo que facilita notablemente las cosas, fundamentalmente a nivel operativo.
En ese contexto, México juega un papel de primer orden: su fuerza laboral tecnológica está creciendo hasta tres veces más rápido que en el resto del mundo y es el tercer principal exportador de talento técnico, según un reporte de la consultora NDS Cognitive Labs.
“Desde los 90, el país sumó a la proximidad geográfica con Estados Unidos, una nueva dinámica de relación económica, más integrada y abierta con su vecino y probablemente hoy sea la economía latinoamericana de mayor relación con el mercado norteamericano y cuyos actores son los que más entienden su cultura”, explicó Jorge Téllez, Chief Community Officer de Revelo, una plataforma de origen brasileño con presencia en México desde hace un año y que acelera su expansión por Latinoamérica para conectar el talento tecnológico existente en la región con las empresas estadounidenses y del mundo.
Revelo, que hoy tiene más de 1,500 empresas clientes desde startups hasta empresas Fortune 500 y una red de 100,000 profesionales de tecnología adheridos a su plataforma en América Latina, pretende conectar a un mínimo de 500 desarrolladores mexicanos con el mercado tecnológico norteamericano en los próximos 12 a 18 meses y con la perspectiva de que puedan obtener ingresos promedio de 6,000 a 12,000 dólares mensuales.
“En el contexto de la pandemia vimos que había muchas empresas en Estados Unidos que estaban montando sus oficinas en México y al mismo tiempo observábamos que, a partir de este gran movimiento, había compañías que, por la intermediación, cobraban en dólares y le pagaban a los desarrolladores en pesos, por lo que gran parte de la ganancia se la estaban quedando las empresas intermediarias”, finalizó Téllez.