Desde hace varios años, la nube ha traído importantes cambios positivos en el entorno empresarial, tanto para las grandes empresas como para las pymes, permitiendo a estas últimas usar recursos a los que no tendrían acceso sin la implementación de este servicio en sus actividades, lo que genera competitividad sin importar el tamaño de la corporación.

Justo por su rol en la transformación digital del entorno empresarial, esta infraestructura etérea llamada nube seguirá creciendo a pasos fuertes.

De acuerdo con datos de IDC, para finales del 2022 se prevé un incremento en gastos para servicios de nube de un 8.3% a nivel mundial, lo que representa alrededor de 71 mil 800 millones de dólares.

Parte fundamental de su crecimiento, además de las inversiones en infraestructura, se debe a que cada vez más empresas han arrancado la digitalización, sin importar el nivel de maduración en el que estén. Conceptos como movilidad, accesibilidad y seguridad son primordiales para una migración hacia lo digital, sin que esto sea ya un proceso doloroso o riesgoso.

La movilidad que nos proporciona la nube es única en su tipo. Hace algunos años era necesario transportarse de manera física para poder llevar a cabo tareas en conjunto con otras áreas de la misma empresa, pues el ecosistema se encontraba directamente en las oficinas, imposibilitando el acceso a archivos e información de vital importancia en caso de requerirlos con urgencia. La nube ahora permite acceder de manera segura a archivos y procesos desde cualquier parte del mundo y en cualquier momento, pues estos siempre estarán disponibles, ya sea desde un equipo de cómputo hasta un teléfono inteligente, y con el grado de seguridad de datos que requiera el usuario.

Los distintos niveles de seguridad con los que cuenta la nube pueden explicarse con el siguiente ejemplo: una persona desea comprar un auto, pero requiere que esté blindado. Por sí solo el auto tiene cierto nivel de protección contra incidentes externos, pero si el cliente necesita una mayor protección, puede equiparlo dentro de la misma agencia con un blindaje mayor; cada uno más caro que el anterior, sí, pero también mucho más seguro.

La nube funge a su vez como catalizador de la accesibilidad en el entorno laboral digital, proporcionando herramientas que permiten el acceso a archivos y procesos desde cualquier parte del mundo y desde cualquier dispositivo, siendo posible personalizar las funciones, permisos, autenticaciones y verificaciones a todos los colaboradores con quienes se trabaja a distancia.

La nube cuenta con tres modelos que presentan distintos tipos de accesibilidad: la nube pública, la cual ofrece servicios informáticos a los que puede acceder cualquier persona y que son gratuitos en su mayoría; la nube privada, que permite el acceso solamente a ciertos usuarios y no al público general; y, por último, la nube híbrida que comparte información entre centros de datos de nube privada y nube pública, de acuerdo con las necesidades de quien contrata el servicio.

Puede ser que esto suene técnico y lejano, pero es probable que quien esté leyendo este texto, justo acaba de cerrar su computadora en una famosa cafetería dentro del aeropuerto después de dar el VoBo para arrancar un proyecto de alto impacto; y muy probablemente, ha tenido una gran experiencia de compra, ya que esta cadena de cafeterías ya utiliza tecnología cloud para servir a más de 100 millones de clientes al día. Esto es algo que ocurre cotidianamente y, sin tenerlo presente, es, en gran parte, gracias a los servicios de la nube.

Más que una herramienta para sólo algunas industrias, la nube hoy en día, es el gran catalizador digital de las organizaciones, por lo que priorizar la implementación de esta dentro del sector empresarial encaminará al desarrollo de nuevas tecnologías y soluciones futuras más versátiles, ágiles y seguras.

Ricardo Hinojosa, director ejecutivo de Alestra.