De acuerdo con la plataforma de datos Statista, en 2023 se invirtieron aproximadamente 805 mil millones de dólares en tecnología de Internet de las cosas (IoT) en todo el mundo. Este aumento en la inversión se debe a que las tecnologías emergentes pueden abordar los desafíos ambientales, sociales, éticos y de salud que enfrentan los sectores clave para las economías, incluyendo la industria de alimentos.
“Estamos en medio de una revolución tecnológica, y si bien la ciencia y la tecnología han sido durante mucho tiempo parte integral del sistema alimentario global, los recientes avances en inteligencia artificial, biotecnología y automatización a gran escala están acelerando el ritmo y remodelando las experiencias de los consumidores”, afirmó Marcela Aguilar, gerente de Mercadotecnia en ADM.
En ese sentido, ADM, firma en nutrición humana y animal, reveló los cambios que la tecnología generará en el comportamiento de los consumidores durante este 2024. Se tratan de cuatro tendencias detalladas en el informe “Revolución del tamaño de un byte” que tienen más probabilidades de dar una nueva forma a la industria del consumo.
A continuación, se presentan las cuatro tendencias investigadas por de ADM para que los productores comprendan de manera profunda de los deseos, necesidades, actitudes y comportamientos de los consumidores relacionados con el impacto de la tecnología en los alimentos y los productos.
1.Se buscan nuevas experiencias de sabores y colores. La inteligencia artificial puede ayudar a las marcas a investigar y predecir qué tipo de color o sabor desean los consumidores en sus productos, incluso puede ayudarlas a crear nuevos sabores por medio de combinaciones de ingredientes inusuales para tener una oferta diferenciada frente a la competencia.
Durante 2024 los consumidores buscarán sabores y colores que reflejen sus personalidades y deseos únicos. De acuerdo con la investigación, 78% los consumidores a nivel global creen que la comida se trata de disfrutar de una experiencia multisensorial (sabor, colores, olor, textura, sonidos, etc.).
2. Mayores alternativas en productos y cuidado al medio ambiente. Hoy en día la tecnología puede cambiar los hábitos alimenticios de las personas al poner a su disposición opciones dietéticas y acorde a diferentes contexto. Y es que la cultura alimentaria moderna exige que los productores ofrezcan una mayor variedad en su portafolio, ya que los consumidores guían sus decisiones por factores como la ocasión, el contexto social, el estado de ánimo, objetivos de salud o estilo de vida.
En lo que respecta a la cadena de valor y el medio ambiente, las herramientas tecnológicas ayudan a reducir el desperdicio de alimentos, conservar la biodiversidad, reducir las enfermedades relacionadas con los alimentos y equilibrar la distribución de alimentos en todo el mundo.
3.¿Qué hay para cenar? Hoy en día la tecnología permite desarrollar soluciones personalizadas de alimentos, bebidas y bienestar que se alineen con objetivos de bienestar específicos, preferencias dietéticas y gustativas, y otras necesidades únicas, como las basadas en perfiles genéticos.
El creciente interés en la “hiperpersonalización”, tanto para los consumidores como para sus mascotas, se ve facilitado por tecnologías más inteligentes y precisas que implican escuchar todos los aspectos del cuerpo: físico, mental y emocional.
El estudio reveló que 71% de los consumidores a nivel global creen que, al haber diferencias entre todos los seres humanos, se necesita una combinación de alimentos adaptados a necesidades específicas; incluso hasta un 51% está abierto realizar las pruebas de ADN para obtener planes de nutrición personalizados.
¿Dónde será el próximo “boom” tecnológico? La nueva generación de agricultores está adoptando soluciones innovadoras impulsadas por la tecnología que ayudan a restaurar y reconstruir el medio ambiente, mejorar el bienestar de los empleados y de los animales, y aumentar la eficiencia y la rentabilidad.
En otras palabas, las nuevas tecnologías agrícolas y de semillas pueden mejorar la trazabilidad y beneficiar directamente al consumidor en diversos aspectos de la sostenibilidad: personal, ambiental y social. De hecho, 55% de los consumidores consideran que los sistemas industriales modernos para la agricultura y la cría de animales son las mejores formas que tenemos de alimentar a una población en crecimiento.