Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025, el impacto de su administración en la tecnología de punta, como la inteligencia artificial (IA), podría definir una nueva era de hegemonía tecnológica. Pero, ¿qué implicaciones tendrá su política proteccionista y su relación con figuras clave como Elon Musk en la carrera global por la supremacía en IA?
En su campaña por la presidencia, Donald Trump propuso una política proteccionista para su país. Esto implica que cualquier desarrollo debe quedarse y aprovecharse en primer lugar en Estados Unidos y después para el resto del mundo. Esto nos lleva a pensar que los próximos años el impulso de IA será desarrollarla mucho más rápido para llegar a una Inteligencia Artificial General (IGA) más avanzada que el ChatGPT (IA estrecha), para que se convierta en líder y monopolio de dicha industria en las siguientes décadas, promoviendo así la influencia de esta potencia en todo el mundo.
Por otro lado, el patrocinador más importante de Trump es Elon Musk. El dueño de X recibirá todo el apoyo para desarrollar su propia IA con el apoyo del gobierno y convertirse en un serio competidor para la industria, pero que además tenga la posibilidad de utilizar la industria aeroespacial para impulsar a Estados Unidos a otro nivel. Sin embargo, un fuerte desarrollo de IA en manos de un solo hombre no parece ser la decisión más prudente a corto plazo.
Mientras en Europa la competencia de IA está naciendo como Le Chat, hay pocos desarrollos relevantes que compiten contra los gigantes estadounidenses y aunque la tecnología europea es de vanguardia, la batalla parece inclinarse más hacia el continente asiático.
Finalmente, es evidente que Trump librará una fuerte lucha contra China en el frente comercial, pero también en el tecnológico. Por ello, una de sus estrategias será competir en el ámbito de IA para cerrarle el paso al gigante asiático. No obstante, resulta llamativo su apoyo para permitir el uso de TikTok en Estados Unidos, que ya había sido cancelado por una ley de la administración Biden y que fue reactivado por la decisión unilateral de Trump. Esto parecería una contradicción a su política contra China, pero también una señal de buena voluntad para negociar en el futuro.
No debemos descartar que veamos una guerra comercial en torno a la IA y que los chinos se enfoquen más hacia la robótica o al desarrollo de chips y de hardware para competir con la industria estadounidense.
Este sencillo diagnóstico refleja la visión de Trump para utilizar la IA como ariete comercial y posicionar su industria de IA a la vanguardia, buscando monopolizar procesos, códigos y lenguajes de programación ubicando su país para mantener la hegemonía y control.
El futuro de la inteligencia artificial bajo el gobierno de Trump promete ser ambicioso y controvertido. Con Estados Unidos buscando consolidar su liderazgo mundial, Europa esforzándose por ganar terreno y China como un rival implacable, el tablero de ajedrez tecnológico está más competitivo que nunca. La pregunta es si este enfoque polarizador fomentará la innovación global o profundizará las divisiones geopolíticas.
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El autor de la columna Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en [email protected] y en la cuenta de Threads @horus72.