Las empresas siguen sin contar con una iniciativa formal para implantar el uso de dispositivos móviles entre sus trabajadores. Un estudio de CompTIA asegura que solo el 22% de las empresas tiene y ejecuta una política sobre el uso de dispositivos móviles de empleados en el entorno de trabajo. La falta de confianza en la seguridad de las terminales móviles es el principal freno para las empresas.

Los dispositivos móviles parecen el futuro, tanto para usuarios privados como profesionales. En el Mobile World Congress se confirmó que este tipo de dispositivos marcarán la tendencia en el futuro y las empresas se están encontrando con el problema de gestionar el uso de terminales privados en el ámbito laboral.

Hasta ahora las empresas facilitaban dispositivos a sus usuarios, pero el acceso a la información era menor. Sin embargo, con los smartphones y tablets el contexto ha cambiado y por ello está situación de desconfianza, ya que estos terminales acceden a mucha más información y mucho más privada.

Se trata de un problema porque es complicado controlar el uso y acceso de estos dispositivos, que podrían afectar a la seguridad de toda la red corporativa. Las empresas lo saben y por el momento pocas disponen de unas políticas en este sentido que respondan a las necesidades de adaptación de los dispositivos móviles. En concreto, según CompTIA, solo el 22% de las empresas dispone de una política formal sobre el uso de terminales móviles en el trabajo.

El porcentaje es muy pequeño, sobre todo teniendo en cuenta que prácticamente todo el mundo tiene dispositivo móvil, sobre todo en los ámbitos empresariales. Las compañías no han desarrollado una política común que regule el uso de estos dispositivos por temores sobre la seguridad. Un 70% de los encuestados ha señalado precisamente la seguridad como uno de los riesgos que está retrasando el apoyo a políticas de movilidad en las empresas.

Los responsables de la seguridad de las redes corporativas no están convencidos de las protecciones móviles y por ello no se han implantado políticas para su uso. En este sentido, la descarga de aplicaciones no autorizadas es el riesgo que más preocupa a las empresas, con un 48%. Otro riesgo que preocupa entre las compañías es que los dispositivos móviles se pierdan o sean robados, a un 42%. Que personas ajenas a la compañía puedan acceder a datos privados al encontrar o robar un móvil es una preocupación muy común.

Otros aspectos de seguridad que no dan confianza a las empresas a la hora de adoptar políticas de uso de dispositivos móviles son con un 41% los riesgos derivados de que los empleados utilicen con los móviles redes Wi-Fi sin protección, y con un 40% que los usuarios puedan utilizar las terminales de negocio para su uso personal.