Intel y SGI han estado probando una supercomputadora que se refrigera gracias a la inmersión completa de la electrónica en un innovador fluido llamado Novec. Este nuevo sistema de refrigeración podría suponer una reducción espectacular de la factura eléctrica de las empresas, además de permitir un apilamiento eficaz de muchos servidores y sistemas.
Ambos fabricantes han construido una supercomputadora de prueba que se mantiene a baja temperatura gracias a un fluido desarrollado por 3M, llamado Novec. Se trata de un líquido dieléctrico, que evita el sobrecalentamiento de los componentes electrónicos que se sumergen en él.
Este innovador líquido ya se utiliza en los sistemas de extinción de incendios, pero Intel y SGI lo están probando por primera vez como sistema de refrigeración de sistemas informáticos, lo que permitiría sustituir los ventiladores de millones de sistemas o evitar el consumo de grandes cantidades de agua para refrigerar los mayores centros de datos.
De hecho, podría reducir el consumo energético en grandes data center hasta un 90 por ciento, según relata Michael Patterson, arquitecto jefe de energía y térmica de Intel. Pero quedan varios retos, incluida la necesidad de diseñar nuevas placas madre y servidores.
Los actuales centros de datos se están quedando sin sitio para alojar más servidores y en algunos resulta complicado refrigerar tantos sistemas en tan poco espacio, por lo que un sistema de este tipo puede resultarles de gran interés.
Con este innovador sistema de refrigeración no solo se resolvería este asunto, sino que además se podría reducir las emisiones de carbono de muchos sistemas y centros de datos. Los expertos cercanos al proyecto lo comparan con poner una placa informática sobre el hielo. El Novec rodea al hardware y absorbe el calor, manteniendo la unidad central y los componentes a temperatura constante.
En estos momentos, se están realizando las pruebas de concepto con un superordenador con memoria distribuida de SGI, el Ice X, en las instalaciones de la firma 3M y el chip Xeon de Intel se ha sumergido directamente en el fluido.
Estos trabajos pueden llegar a resolver un gran problema para muchas empresas, a la hora de reducir sus facturas eléctricas, pero también exigiría cambiar las actuales placas madre y los servidores. Por eso, el experto de Intel reconoce que “supone una oportunidad y un problema al mismo tiempo”.
Con esta innovación, los circuitos integrados podrían situarse más cerca que actualmente, ganando espacio, pero también supondría un cambio radical en cuanto a diseño. Esto puede llevar tiempo, pero resulta evidente que Intel cree que esta tecnología puede tener futuro.
-Agam Shah, IDG News Service