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Construya su propia nube privada

La misión principal de la computación siempre ha sido la de automatizar el negocio; y la segunda más importante ha sido la de automatizar la automatización, una búsqueda que se vuelve cada vez más importante y urgente a medida que la tecnología de centros de datos logra tal complejidad imponente que amenaza con colapsar bajo su propio peso.

La nube privada es el último intento de aumentar la eficiencia y agilidad de la gran variedad de software y hardware extendida a través de los centros de datos. La idea es juntar los recursos de computación, almacenamiento y de red, y administrarlos desde un punto de control central de software en vez de luchas para suministrar, supervisar, administrar y reconfigurar toda esa estructura manualmente.

Predeciblemente, las organizaciones con más experiencia diseñando y ejecutando infraestructura compartida son los proveedores de servicios de nube pública. Amazon, Google, Microsoft y Salesforce no pueden administrar o gestionar sus centros de datos de la manera antigua -con porciones estáticas de infraestructura dedicadas a casos individuales de aplicación-, y esperar entregar servicios a millones de suscriptores por Internet de manera confiable y rentable. Estas experiencias de los pioneros en la ejecución de nubes públicas a escala, han dado los modelos básicos para la nube privada.

Reduciendo la nube
Algunos señalan rápidamente que los proveedores de nube pública normalmente ofrecen muy pocos servicios a escala masiva, más no una gran diversidad de aplicaciones de escala moderada y pequeña características de una típica empresa. Entonces, ¿es el modelo público aplicable a las empresas? ¿Es la palabra “nube pública” una frase de marketing para la virtualización más un poquito de automatización?

En realidad, dondequiera que una parte considerable de la virtualización de servidor esté en vigor, el modelo de la nube pública se podría aplicar incluso si la escala y los detalles de implementación no se aplicaran. La virtualización se ha vuelto tan generalizada que tendemos a pensar en recursos comunes, particularmente en VMs distribuidas en una finca de hosts físicos como un simple hecho de la vida. En realidad, esta consolidación representa una profunda transformación en la manera en que administramos la infraestructura de la computación.

La diferencia surge y se vuelve obvia cuando la virtualización alcanza a la masa crítica. En un determinado punto -como llegar a cientos de servidores físicos y miles de VMs, o brindar servicios a numerosos inquilinos dispares que exigen una gratificación instantánea- administrar la virtualización se convierte en una propuesta cualitativamente diferente.

Necesita el software de la nube privada para asignar recursos y costos a las partes interesadas de la línea de negocio; y cuando sea posible, va a querer aprovechar la agilidad de una infraestructura virtualizada permitiendo que esas partes interesadas suministren sus propios recursos. Asimismo, a medida que convergen redes de datos y almacenamiento, va a querer virtualizar los recursos de almacenamiento y redes junto con los servidores.

El software necesario para lograr todo eso y más ya ha sido publicado de cierta manera por Eucalyptus, VMware, OpenStack, Microsoft, Citrix y otros. Sin embargo, estas múltiples pilas de software de nube privada no pretenden reemplazar cada pedacito de la infraestructura del software en el centro de datos; sino que proporcionan un marco que inter opera con gran parte del software ya existente, y ayuda a los administradores a abrazar toda la infraestructura del centro de datos virtualizado.

Elementos de la nube privada
Los elementos de la nube privada forman una nueva capa de gestión a lo largo de una amplia franja de funciones del centro de datos. Suena como una tarea difícil, pero tenga en mente que moverse a una nube privada no tiene que ser un asunto de todo o nada, puede ser desplegado de forma incremental. Sin embargo, un gran número de proveedores de hardware y software dan a entender que se necesita un nuevo hardware y software para construir una verdadera nube privada. Aunque también podría añadir funciones individuales de la nube una por una sobre una infraestructura de virtualización existente.

Computación. En el nivel más básico, en una nube privada, el componente de cómputo hace casi todo lo que el software de gestión de la virtualización hace: abastecer, desabastecer, comenzar, parar, suspender, clonar y migrar los VMs desde el punto central de control. La diferencia principal es que la intención o el propósito de la nube privada es dejar que usted gestione a través de, y que maneje la mayor cantidad de infraestructura de servidor como sea posible.

Almacenamiento. La gestión de almacenamiento a través de plataformas ha sido el sueño por más de una década. La mayoría de plataformas de nube privada tratan de apoyar el almacenamiento y la replicación de objetos, junto con el almacenamiento de bloques y la administración de snapshots, a través de los diversos sistemas de almacenamiento de centros de datos, a pesar de que este es un trabajo en proceso todavía. Otra parte esencial del almacenamiento de la nube privada es la administración o gestión eficiente del servidor virtual y las imágenes del disco virtuales.

La creación de redes. Aquí, el software de la nube privada se extiende hasta el ámbito de vanguardia del SDN (software-defined networking). Puede crear puertos virtuales, adjuntar VMs, configurar los switches virtuales y más. Puede suministrar redes privadas dentro de la gran infraestructura de redes, una capacidad esencial cuando está creando una gran nube privada a la cual una gran variedad de distintos grupos de usuarios van a tener acceso. En un centro de datos moderno, con una gran cantidad de switching 10G, datos convergentes y redes de almacenamiento, la habilidad o capacidad de repartirse el ancho de banda de forma dinámica puede ser realmente poderosa.

Medición y devolución de cargos (chargeback)/showback). Cuando la infraestructura es compartida, necesita encontrar una manera de dividir y medir la computación agrupada, los recursos de almacenamiento y de red, y automáticamente cobrar cuentas a las línea de negocio -o por lo menos mostrarle esos cargos a los interesados correspondientes. Sin esta capacidad o habilidad, el equipo y la gente de TI quedarían sumidos en las hojas de cálculo de la estimación de los cargos, o conformarse con las distribuciones inexactas o injustas de costos que se volverán en su contra y por venganza.

Auto servicio. Quizás la mejor de todas las eficiencias ofrecidas por la nube privada es la capacidad de decirle a los interesados: Aquí está, háganlo ustedes. Los desarrolladores, por ejemplo, pueden configurar y reconfigurar sus propios ambientes de pruebas y desarrollo usando un portal de auto servicio. Hasta las unidades de negocio pueden “ordenar” e instalar aplicaciones, las cuales son suministradas y puestas a disposición automáticamente sin que TI se tenga que involucrar. Naturalmente, configurar el portal, las políticas y la magia de la automatización que hace que todo funcione a la perfección necesita tiempo y esfuerzo. También, las elecciones estándar para los interesados tienen que ser necesariamente limitadas, pero a medida que el menú crece y se expande, el tiempo que no ha sido gastado en luchar con los requisitos, el aprovisionamiento, la configuración y más, pueden representar un gran ahorro.

Automatización y orquestación. Para que el portal mágico de auto servicio funcione, necesita automatización o básicamente una librería o biblioteca de guiones que desempeñan tareas comunes: el aprovisionamiento o suministro de servidores, instalación de almacenamiento compartido, la configuración de redes para un VLAN y más. La orquestación ensambla esas tareas automatizadas en flujos de trabajo predefinidos para aplicaciones o servicios específicos, los cuales pueden requerir signoffs de guardabarreras. Por ejemplo, si un desarrollador quiere probar una aplicación masiva que va a requerir gran parte de los recursos y una copia de la base de datos activa, el software de flujo de trabajo dispararía automáticamente una solicitud de aprobación a la gestión.

Gestión y monitoreo de aplicaciones. Las nubes privadas pueden extenderse hasta gestionar el nivel de las aplicaciones. Esto incluye plantillas para implementar y configurar las aplicaciones, pero también monitorear y reportar el rendimiento de las aplicaciones para lograr satisfacer las necesidades internas de SLA, con cuadros de mandos para abastecer a los administradores con la percepción y perspicacia que necesitan para cumplir con los compromisos. En el nivel más avanzado, el monitoreo puede impulsar el auto escalado para que los niveles de rendimiento se mantengan sin intervención humana.

Seguridad. La necesidad de aislar a múltiples inquilinos en una infraestructura compartida hace de la seguridad algo crucialmente importante e intimidantemente complejo. Un sistema de gestión de identidades que proporciona varios niveles de autorización, de acuerdo con las asignaciones de grupos de usuarios, es un componente clave. También debería ser capaz de extender los controles de acceso granular a los usuarios externos (como a clientes y socios) así como también a grupos internos.

Los elementos de la nube privada que implemente primero dependerán de las cargas de trabajo que tenga en mente. Si planea acoger a socios en su nube privada, los componentes de seguridad y de la red que se necesitan para apoyar a las nubes privadas virtuales, podrían ser las primeras órdenes del día y del negocio. Si la gestión de la asignación de recursos para el desarrollo y las pruebas es una prioridad, un portal de auto prestación para desarrolladores (más la automatización y orquestación detrás) podría ser lo primero en la cola.

Por otro lado, no hace falta decir que implementar una nube privada con todas las funciones en un entorno donde las unidades de negocio no tienen la escala, interés o capacidad para aprovechar sus capacidades de autoservicio, sería una pérdida enorme de tiempo y dinero.

Muchos grandes y medianas empresas se pueden beneficiar del poder de la nube privada. Sin embargo, la parte difícil es hacer que todos estén de acuerdo con las reglas y políticas de los sistemas automatizados. Si estos obstáculos pueden ser borrados, entonces es una cuestión de virtualizar todo lo que pueda, priorizando siempre las cargas de trabajo y añadiendo gradualmente más funcionalidades de nube privada, a medida que sube en su stack.

-Eric Knorr, InfoWorld (EE.UU.)

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Mireya Cortés
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