Hace algunos meses tuve que realizar un trámite vehicular en una oficina gubernamental y, a propósito de la semana santa que está próxima, podría describir mi experiencia como un viacrucis. Primero la espera para obtener un turno de atención. Después aguardar para llegar a ventanilla y plantear mi trámite. Ahí, ser notificado que debía acudir a otro organismo para solicitar un comprobante como parte de la documentación necesaria, pues sus sistemas no estaban “conectados”. Ir, solicitar, pagar, regresar, volver a esperar y volver a pagar. En total tuve que invertir aproximadamente dos días y un monto no cuantificado en combustible, estacionamientos, y pago de trámites. Me pregunto si el concepto de agilidad en las TI puede también aplicarse a éste o cualquier otro trámite de cualquier oficina gubernamental.
Aquellos que han acudido en el último año a alguna oficina gubernamental a realizar algún trámite ¿En qué se ha traducido esa experiencia? ¿La eficiencia en la atención y el servicio ofrecido son de primera? Más aún, ¿cuántos de esos organismos tienen portales en línea o kioscos en los que el servicio se pueda obtener de forma expedita? ¿Qué tan homologado está el servicio entre las diferentes sucursales y a su vez entre entidades federativas? ¿Cuántas veces no nos cuestionamos a dónde van a parar los recursos públicos, dado que en apariencia no ha sido para lograr un gobierno más ágil?