G Data Security Labs publicó un informe sobre la evolución de las amenazas en 2014, un año en el que se registraron 5.998.685 nuevas cepas de malware para Windows. Esto significa que cada 3,75 segundos apareció un nuevo programa malicioso, lo que representa un crecimiento del 77% con respecto al año anterior.
Según esta firma, los adwares experimentaron las mayores tasas de crecimiento, acaparando casi una de cada tres de las nuevas detecciones realizadas en el segundo semestre del año. Los troyanos bancarios también crecieron en el segundo semestre, así como los rootkits, que son utilizados frecuentemente para el reclutamiento de computadoras zombis, aunque estos últimos aún representan un porcentaje muy pequeño del total de las nuevas amenazas.
Sobre la vía de infección más utilizada, el correo electrónico es uno de los principales vectores. En la mayoría de los casos, el malware llega camuflado en un archivo aparentemente legítimo que se distribuye a través de campañas de spam o phishing, en las que se induce a las víctimas a abrir el adjunto o a hacer clic en los enlaces pegados en el cuerpo del correo. El malware puede ser desde un troyano bancario, un spyware, un rootkit o un descargador. La gran ventaja de los descargadores es que son capaces de ponerse en contacto con uno o más servidores y descargar en la máquina de la víctima nuevo códigos maliciosos para ir lanzando ataques sucesivos, lo que hace que cada vez sean más utilizados por la industria del cibercrimen.