Si bien, la tecnología de paneles livianos y films solares ha avanzado, aún no es posible impulsar un autobús con paneles solares colocados en el techo del vehículo, porque las aplicaciones que existen para camiones y autobuses aún no están orientadas para ahorrar el total de energía requerida por el vehículo (especialmente un vehículo pesado).
Sin embargo, visualizar el suministro de una flota de autobuses eléctricos con energía solar en generación distribuida es factible. Un autobús urbano opera hasta 18 horas diarias, y considerando que aproximadamente seis de éstas ocurren en horas solares pico, podríamos esperar suministrar el equivalente al 30 % de la energía necesaria para movilizar el vehículo. Cabe mencionar que sólo sería viable en el caso de autobuses de recarga rápida, los cuales se abastecen en el trayecto durante los tiempos de terminal.
En ese sentido, cada autobús necesitaría entonces un sistema de 15 kilovatios (kW), de modo que una flota de 100 autobuses requeriría un sistema de 1.5 megavatios (MW). De manera que se debería contar con una superficie para paneles de 9,000 m2 aproximadamente, es decir, una cuadra por cada lado. Prueba de ello, son los sistemas como el STE (Servicio de Transportes Eléctricos) o Metrobús, los cuales tienen estaciones y/o terminales con esta superficie de techo disponible.
Siendo así, la respuesta es afirmativa, un autobús solar es razonable. Un sistema de generación distribuida que aproveche techos de terminales, patios o estaciones, podría suministrar un tercio de la energía necesaria en un sistema de autobuses eléctricos.
– Jorge Suárez, asesor en Electromovilidad, Transporte Público e Innovación Urbana, Volvo Group México