Sin embargo, quizá puedan encontrarse algunas diferencias entre ambos conceptos. En la conferencia OnDemand 2009, organizada en octubre por la SIIA (Software Information Industry Association), durante un panel dedicado al cloud computing, modelos de negocio y empresa, diversos ejecutivos de la industria intentaron dilucidar algunas de las características que podrían servir para distinguirlos.
Los panelistas hablaron de la nube y de SaaS como entidades separadas. Por ejemplo, Treb Ryan, CEO del proveedor de infraestructura cloud OpSource, subrayó que “los niveles de servicio que hasta ahora se han visto en la cloud resultan, con gran diferencia, mucho peores que los que pueden encontrarse en cualquier proveedor de software como servicio”.
Cuando se les preguntó sobre las diferencias entre SaaS y cloud computing, tanto Ryan como Dave Mitchell, director de IBM en el área de estrategia y negocios emergentes para relaciones con proveedores independientes de software (ISV) y desarrolladores, citaron algunos otros aspectos que diferencian ambas propuestas.
“Algunos ven a SaaS como un nivel particular dentro del cloud computing”, que sería, en consecuencia, un concepto más amplio y que abarcaría el software como servicio, según Mitchell. Además, el ejecutivo de IBM señaló que “SaaS supone realmente la entrega de una aplicación sobre Internet siguiendo un modelo de suscripción”.
Una infraestructura para SaaS
Por otra parte, “cuando se habla de cloud computing, debe entenderse que implica atributos reales importantes relacionados con la escalabilidad y elasticidad”, en opinión de Mitchell. Sin embargo, no todas las soluciones SaaS tienen el tipo de elasticidad asociada al cloud computing.
Además, Ryan puntualizó que, a menudo, los discursos sobre la nube parecen referirse más a un tipo de infraestructura –elástica y ofrecida por proveedores como Amazon Web Services- sobre la que se pueden dar servicios cloud, como el SaaS. Al mismo tiempo, el software como servicio parece más directamente vinculado al mundo empresarial, mientras que el cloud computing abarcaría tanto ofertas empresariales como de consumo.
En este sentido, más allá de la confusión existente a menudo respecto a las fronteras que separan los conceptos de cloud computing y SaaS, Gartner ha advertido sobre la reinante también en el uso de la expresión cloud computing misma. Según la consultora, el término, cada vez más en boga en los discursos del sector, se aplica con excesiva vaguedad y hace referencia a cosas distintas de acuerdo al contexto en que se utilice.
Gartner lo define como un estilo de cómputo en el que se entregan masivamente a múltiples clientes externos capacidades relacionadas con las TI. Así, otra diferenciación respecto al SaaS sería que, a diferencia de éste, no sólo ofrece una aplicación software, sino que también puede abarcar otros recursos, como es el almacenamiento o la capacidad de procesamiento. Además, en la definición de Gartner, tales capacidades deben ser escalables como si de un servicio se tratara y se entregarían al cliente utilizando tecnologías Internet.
Dos acepciones de “cloud computing”
Existen, en cualquier caso, dos percepciones diferentes de lo que debería incluirse en el concepto de cloud computing, según Gartner. “El término ha llegado a significar dos cosas muy distintas. Una de las interpretaciones, la más amplia, pone el énfasis en la nube, y la otra, más específica, en una infraestructura de sistema y en la virtualización”, explica la consultora. Los discursos que mezclan las ideas de tecnologías que soportan la nube y de servicios de cloud computing generan un elevado grado de confusión”.
La primera acepción, como se ha dicho, pondría el acento en la palabra “cloud” de la expresión “cloud computing”, entendiendo por cloud un concepto que deriva de la combinación de las ideas de Internet, Web y SaaS. La segunda interpretación del concepto se refiere al uso de una combinación de diversas tecnologías, incluidas las de virtualización y las de automatización, que se enfocan más en el elemento de “computing” (cómputo) que en el de cloud. Pone así el énfasis sobre las tecnologías que permiten la creación y entrega de capacidades basadas en el servicio.
Esta última interpretación constituye una ampliación de los enfoques del centro de datos tradicionales y puede aplicarse a sistemas empresariales totalmente internos (on-premise), sin que necesariamente las capacidades sean suministradas a través de un tercero vía Internet, una alternativa a la que ya se ha dado el nombre de “clouds o nubes privadas”. Así, la segunda acepción citada por Gartner se acercaría a la interpretación de cloud computing como el tipo de infraestructura al que se refería Ryan y que permite la entrega de recursos informáticos como un servicio bajo demanda.
El origen de la confusión entre ambas acepciones se deriva, según Gartner, de que, aunque diferentes, guardan una estrecha relación entre sí. “Cualquier proveedor de servicios de cloud computing deberá contar con un entorno que incluya infraestructura lo suficientemente escalable y flexible para soportar su entrega. La virtualización, a menudo, se utiliza para implementar este tipo de infraestructura”, explica la consultora.
Por tanto, aunque ciertamente los servicios de infraestructura de sistema cloud representarían un subconjunto de lo abarcado por la idea de cloud computing, no podrían, en opinión de Gartner, equipararse a su totalidad. Y es precisamente esta equiparación la que ha originado la confusión reinante en muchos conceptos de la industria.
Ante esta situación, Gartner recomienda a empresas y suministradores separar claramente la consideración de cloud computing y de servicios cloud computing del uso de los conceptos y tecnologías de cloud computing para la creación de sistemas de entrega, ya sean internos o externos a las organizaciones. Tanto una como otra perspectiva (servicios y tecnologías) puede aportar valor a los negocios, pero cada una de ellas resolverá un tipo diferente de necesidades.
Nueva generación de clientes y usuarios
En cualquier caso, más allá de la distinción entre SaaS, cloud computing e infraestructuras basadas en la nube, por lo que respecta a los servicios de aplicación que actuarán como motores clave de estos nuevos modelos, Ryan considera que, “a pesar de todas las ventajas económicas relacionadas con la nube y SaaS, el principal motor de la adopción de estas propuestas está siendo en realidad la entrada a escena de una nueva generación de usuarios que se convierten en fuerza de trabajo y están acostumbrados a desarrollar gran parte de sus vidas sobre Internet”.
Por otra parte, uno de los aspectos más críticos para los proveedores de servicios SaaS, según Sanjay Popli, vicepresidente de estrategia corporativa de LiveOps, especializada en la prestación de servicios de centro de llamadas basado en la nube, es el servicio al cliente. Los clientes, insiste Popli, “esperan recibir de sus proveedores actualizaciones y cambios de forma regular”.
De hecho, Mitchell señala que las grandes compañías de SaaS se distinguen por contar con una fuerza de marketing y ventas eficiente, así como por convertir a sus clientes en parte del proceso de desarrollo y renovación. “Las mejores ideas se consiguen de los propios usuarios”, asegura Mitchell.