En México en los último 10 años, más de seis mil personas fallecieron a causa de incendios, esto de acuerdo con el Consejo Nacional de Protección Contra Incendios (CONAPRI) y las principales causas de los incendios son originadas por fallas en las instalaciones eléctricas, o los tipos de materiales que se emplearon en las infraestructuras. 55.6% son incendios en casa habitación, mientras que el 3% sucede en edificios industriales y/o edificios.
Debido al envejecimiento de la infraestructura, el 59% del total de pérdidas por paros reportados en empresas se debe a fuego y explosiones, según datos de la compañía de seguros FM Global. “Factores como las limitaciones de inversión y presupuesto para llevar a cabo remplazos causan que los operadores se vean obligados a extender la vida útil de sus equipos hasta 60 años, en promedio, cuando la mayoría de los equipos fueron diseñados para funcionar entre 10 y 30 años, propiciando así, este tipo de accidentes”, comentó Francisco de Regil, vicepresidente de la división de Field Services de Schneider Electric México y Centroamérica.
Diversas causas pueden provocar fallas en el equipo eléctrico que suelen desencadenar un siniestro, tales como las conexiones sueltas, puentes eléctricos, la rotura del aislamiento eléctrico, una filtración de agua desde distintas fuentes y defectos en la protección contra fallas de tierra, dando como resultado que el 56% de los incendios por fallas en equipo eléctrico en empresas se deban a un mantenimiento inadecuado.
“Se recomienda que las personas y empresas realicen mantenimientos continuos y modernicen instalaciones mayores a los 40 años para garantizar la continuación de la operación eléctrica con seguridad. Es muy importante modernizar los equipos eléctricos debido a que los riesgos operativos, financieros y de seguridad son muy altos”, indicó Francisco de Regil.
Al momento de modernizar los equipos y sistemas, se debe de tomar en cuenta el nivel de desgaste que han tenido, la disponibilidad de refacciones, los costos de mantenimiento, el nivel crítico de los procesos afectados, la fiabilidad de la modernización y la tecnología, y las capacidades mejoradas que se encuentran disponibles.
Otros factores para tomar en consideración son el entorno, por ejemplo, el calor, la humedad, y el polvo. Asimismo, los propietarios de equipos de baja y media tensión tienen la opción de comprar uno nuevo (reemplazar completamente la instalación), o sustituir únicamente los componentes críticos.
Algunas de las ventajas de implementar una actualización son:
- Costos de mantenimiento: los costos de mantenimiento y el riesgo de falla del producto aumentan a medida que envejece.
- Tecnología y capacidades mejoradas: la nueva tecnología proporciona más capacidades, mejor rendimiento y requisitos de mantenimiento reducidos.
- Tranquilidad: las soluciones de fabricantes establecidos brindan un alto grado de confianza en una solución de actualización, gracias a su personal calificado, a sus herramientas actualizadas que reducen el riesgo de accidentes y demoras, así como a las mejoras de seguridad y las garantías actualizadas que contribuyen a la tranquilidad general de la red eléctrica.
- Digitalización: las soluciones de actualización ofrecen una mejor conectividad del equipo y con ello, el acceso a niveles más detallados de la fecha de administración de energía, permitiendo un mejor monitoreo del consumo de energía y mantenimiento.
- Menos impacto medioambiental: la actualización reemplaza solo una parte del equipo eléctrico existente, así que se procesan menos materiales de desecho.
“Es importante elegir entre cambiar todo el equipo o sólo su interior y conocer el estado actual de la instalación eléctrica para tener una visión más clara de la evolución que tendrá y así, poder implementar un plan a corto y largo plazo donde se incluya el mantenimiento, la seguridad y la gestión del equipo. En el caso de las empresas esto garantizará la continuidad de la operación y maximizará la productividad de los activos”, agregó Francisco de Regil.