El auge de la inversión extranjera directa (IED) en México, impulsado por la relocalización de operaciones, mejor conocida como nearshoring, ha generado una oleada de optimismo económico. Tan solo en 2025, el país captó más de 21 mil millones de dólares en IED, presentando así un nuevo máximo histórico, según la Secretaría de Economía. Sin embargo, esta transformación productiva plantea una pregunta de fondo: ¿están todas las regiones preparadas para atraer, desarrollar y retener el talento digital que demanda esta nueva economía?
México cuenta con una base educativa sólida en disciplinas científicas y tecnológicas. De acuerdo con la misma dependencia, el país tiene la mayor participación de población con estudios superiores en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) entre los países de la OCDE ubicados en América: el 25% de las personas de entre 25 y 64 años se especializa en estas áreas, superando a economías como Estados Unidos, Canadá y Chile.
Sin embargo, este talento se concentra principalmente en el centro y occidente del país: la Ciudad de México, Jalisco y Aguascalientes destacan por su capacidad de atraer y formar profesionales altamente calificados, mientras que el sureste y suroeste apenas reúnen entre ambos 15 mil egresados. “El talento se está formando, pero no necesariamente donde más se necesita”, afirma Adriana Torres Nava, vicepresidenta y líder del Global Delivery Center (GDC) en Capgemini México.
En la perspectiva de Capgemini, como empresa empleadora en estas ciencias, el reto no radica únicamente en formar profesionistas, sino en ofrecerles condiciones para quedarse. Calidad de vida, conectividad, acceso a vivienda, movilidad, oportunidades de aprendizaje y ambientes de trabajo multiculturales son factores que influyen directamente en las decisiones de los jóvenes profesionales al decidir permanecer en una región. “El talento digital, además de escaso, es móvil. Las ciudades que no logren construir un ecosistema atractivo para los profesionales del futuro corren el riesgo de quedar al margen del nuevo mapa de desarrollo económico”, agrega Torres Nava.
Como respuesta a esta dinámica, Capgemini ha consolidado en Aguascalientes y Guadalajara dos nodos estratégicos dentro de su red internacional. Desde su apertura en 2012 con apenas 25 colaboradores, el GDC ha crecido hasta emplear actualmente a más de 1,800 especialistas en tecnología, de los cuales aproximadamente 600 radican en Jalisco.
Estas ciudades destacan por su capacidad para atraer, formar y retener talento digital, lo que las convierte en puntos clave para fortalecer operaciones nearshore y atender la creciente demanda de servicios tecnológicos de alta calidad. Además, el GDC se distingue por su operación multicultural, con al menos ocho nacionalidades trabajando de forma conjunta, y su integración con otros centros globales bajo procesos homologados y estándares internacionales de calidad.
“El GDC refleja lo que pasa cuando una ciudad logra alinear calidad de vida, ecosistema educativo y visión empresarial. Aquí las personas no solo encuentran trabajo, sino oportunidades para crecer, aprender y redescubrir su propósito. Eso es lo que verdaderamente retiene al talento”, afirma la líder del GDC.
Aguascalientes se ha consolidado como un polo emergente de innovación en el país. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el estado se ubicó en el quinto lugar nacional en el Índice de Competitividad Estatal 2025 y alcanzó el tercer puesto en el subíndice de Innovación y Economía. Además, el gobierno estatal impulsó la creación del Consejo para el Fomento al Ecosistema de Tecnología e Innovación (COFETI), un organismo que promueve sectores estratégicos como biotecnología, energías limpias e industria 4.0.
El desafío para el resto del país es claro: aprovechar el nearshoring no solo como una ventana de inversión, sino como una oportunidad para rediseñar el desarrollo regional. Desde 1994, con la firma del TLCAN, México fortaleció su capacidad exportadora y su integración en las cadenas globales de valor, lo que sentó las bases para el fenómeno de relocalización actual.
El futuro del trabajo ya está aquí y no se trata solo de infraestructura física o incentivos fiscales. El verdadero diferenciador será la capacidad de cada región para crear entornos donde las personas quieran vivir, crecer y quedarse. En palabras de la líder del GDC de Capgemini: “las ciudades que entiendan esto no solo atraerán inversión, sino que serán capaces de sostenerla y escalarla”.