La Inteligencia Artificial es un recurso que ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años, tanto que aparece en el día a día de la mayoría de los usuarios casuales: desde el reconocimiento facial para desbloquear el teléfono, recomendaciones personalizadas en los anuncios y filtros de fotografías, hasta optimización de productos, inventarios y procesos logísticos. Así, no es una sorpresa que el 59% de los usuarios de internet mexicanos utilicen alguna aplicación de inteligencia artificial.
En el sector salud, la tecnología se ha sumado en diversos aspectos y el impacto positivo que ha tenido es innegable, pues de la mano de médicos expertos, ayuda a resolver problemas relacionados con la atención a los pacientes, los tratamientos clínicos y el acceso a la información, entre otros. A la par y complementando la digitalización, la Inteligencia Artificial inició en los años 70’s con un enfoque orientado a la detección de enfermedades y ha continuado con un avance importante, no solo en la práctica de la medicina, sino también en sus aliados como la gestión de pacientes o la búsqueda y almacenamiento de registros médicos.
A pesar de estos beneficios, en México las normas para gestionar la IA en el campo médico aún están en desarrollo y la confianza de los usuarios no está lo suficientemente asentada, lo cual significa poca implementación, difusión y entendimiento de los beneficios que trae consigo. Esto puede observarse en los hábitos de los usuarios en México, pues solo el 9% utiliza aplicaciones de Inteligencia Artificial de asistencia médica que proporcionan diagnósticos preliminares o chatbots de salud.
Esto puede deberse a diversos factores, por ejemplo, la falsa creencia de que la Inteligencia Artificial busca reemplazar la interacción personal. Fernando Lledó, Director General de Bupa México comentó al respecto: “Es importante destacar que cuando se habla de tecnología en el sector salud siempre es como aliada, no como reemplazo, pues los profesionales de la salud son pieza clave en su correcto uso y son insustituibles con los pacientes. Al final, las herramientas y facilidades que brinda la digitalización son un medio para ofrecer mejor atención y no el objetivo final.”
A medida que la IA se integra más en la vida diaria, se espera que su aceptación y utilidad percibida sigan creciendo, teniendo en cuenta que el mercado siempre marcará la pauta de lo que las empresas deben desarrollar, basándose en cubrir las necesidades de los clientes de la manera más rápida e innovadora posible. Por ejemplo, en Bupa México, Institución de Seguros Especializada en Salud, la tecnología se integra en su aplicación por medio de la medición de signos vitales con un escaneo facial determinando nivel de estrés, frecuencia cardiaca, presión sistólica y diastólica. Además, los usuarios pueden monitorear su evolución y solicitar una videoconsulta médica en el momento que se necesite.
La implementación de la Inteligencia Artificial en cada vez más aspectos de la vida cotidiana es una tendencia que tiene el potencial de traer grandes beneficios para la salud de las personas, por lo que entenderla y, sobre todo, aprovecharla, traerá grandes beneficios para los pacientes y profesionales.