Imagine despertar un día y descubrir que nada funciona: ni los semáforos, ni los hospitales, ni los bancos. La serie “Día Cero” de Netflix, protagonizada por Robert De Niro, no sólo plantea este inquietante escenario, sino que nos obliga a preguntarnos: ¿qué tan preparado está México para enfrentar un ciberataque masivo?
El primer supuesto es que la mayoría de los servicios públicos —energía, hospitales, telecomunicaciones, bancos y vías de comunicación— está cada vez más controlada por sistemas computacionales. Si estos sistemas fallan, el caos podría ser inminente, ya que en muchos casos no existe una alternativa manual para mantenerlos en funcionamiento.
Esta es la premisa central de la miniserie, que expone cómo un gobierno puede quedar indefenso ante un ataque masivo.
En el caso de México, no estamos exentos de esta vulnerabilidad, especialmente considerando que muchos de nuestros sistemas son tan arcaicos que apenas logran sostenerse en operación.
El segundo supuesto es la creencia de que los virus informáticos (malware) tienen la capacidad de propagarse indiscriminadamente en todos los sistemas computacionales gubernamentales, afectándolos por igual. En el caso de México, esto no es del todo cierto, ya que la mayoría de los sistemas gubernamentales están desconectados entre sí. Es decir, operan de manera aislada y dependen de servidores independientes sin compartir datos o accesos.
El tercer supuesto es que la industria tecnológica no sólo ha adquirido influencia en la política y ciudadanos, sino que también posee el conocimiento necesario para alterar tanto sistemas computacionales complejos como los más simples.
Esto es una realidad: sólo un grupo reducido de expertos tiene el dominio sobre estos sistemas y los lenguajes de programación que los rigen. Si no establecemos límites a este poder y creamos un marco legal equilibrado, o al menos un respaldo informático con otras áreas, podríamos quedar a merced de los hackers en el corto plazo.
El cuarto supuesto es que los sistemas gubernamentales son fácilmente vulnerables, como si carecieran de contraseñas o medidas de seguridad digital adecuadas. Aunque la inversión pública en ciberseguridad sigue siendo insuficiente, la mayoría de estos sistemas cuentan con accesos controlados.Además, el aislamiento de muchos de ellos genera una mayor protección ante ataques externos.
“Día Cero” pone sobre la mesa el debate sobre la dependencia tecnológica en el gobierno y los riesgos asociados a la creciente influencia de la industria tecnológica en la administración pública. Pero también nos deja lecciones clave: establecer políticas de soberanía de datos mediante bases de datos propias; la implementación de protocolos de seguridad digital; mayor inversión en ciberseguridad y la creación de procedimientos alternativos que no dependan exclusivamente de la tecnología para garantizar el funcionamiento del gobierno.
La vulnerabilidad digital de nuestros gobiernos ya no es ciencia ficción. México enfrenta el reto urgente de fortalecer su infraestructura cibernética mientras mantiene un delicado balance entre modernización y seguridad.
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El autor de la columna Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en [email protected] y en la cuenta de Threads @horus72.