El robo de datos personales puede causar daños irreparables a las víctimas. La información comprometida se utiliza para fraudes financieros, suplantación de identidad y extorsión, afectando la seguridad y privacidad de las personas.
Además del impacto emocional, las víctimas enfrentan dificultades para recuperar el control de sus finanzas y reputación, lo que convierte a la protección de los datos en una prioridad esencial. La prevención y la educación son claves para reducir los riesgos y proteger la información personal en un mundo cada vez más digital.
De acuerdo con cifras del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, en el periodo de enero a octubre de 2023, se registraron mil 607 reportes por robo de identidad, un 62% fue por hackeo de información de redes sociales, 26% por robo de información del celular y 2% por clonación de tarjetas bancarias o falsificación de firma.
Para resaltar la importancia de la protección de datos, Sumsub comparte las cinco principales consecuencias del robo de datos, con historias de la vida real.
1. Realizar pagos y abrir cuentas bancarias
“¿Has estado comprando un montón de mascotas exóticas?”. Esto es lo primero que escuchó Ana (nombre ficticio) cuando recibió una llamada de su banco. Aparentemente, los delincuentes robaron los datos de su tarjeta de crédito y compraron $8,000 dólares en iguanas, cacatúas y peces mariposa.
Los delincuentes usan datos robados para pagar bienes y servicios, desde facturas de restaurantes hasta tratamientos médicos. También pueden abrir cuentas bancarias a nombre de la víctima, sobregirar la tarjeta de crédito y desaparecer sin pagar.
2. Solicitud de préstamos
Jack estaba trabajando muchas horas para ahorrar para comprar un apartamento. Pero un día, accidentalmente, dejó su billetera encima de su automóvil en el estacionamiento de un centro comercial, y cuando se dio cuenta, la billetera ya no estaba. Por supuesto, había documentos personales en él.
Al poco tiempo, Jack comenzó a recibir facturas para pagar préstamos con un interés de hasta el 500%, préstamos que él mismo nunca tomó. Su vida se convirtió en una pesadilla continua, donde tuvo que demostrar repetidamente a las autoridades y agencias de cobro que no fue él quien huyó con el dinero. Su historial crediticio se dañó, por lo que no pudo obtener un préstamo para un automóvil, una hipoteca o, incluso, una tarjeta de crédito.
3. Chantajes
Los piratas informáticos pueden robar datos personales y amenazar a la víctima con revelarlos, a menos, por supuesto, que la víctima acepte pagar. Esto puede incluir imágenes y videos privados, historias vergonzosas, secretos corporativos, registros de salud o cualquier otra información confidencial que la víctima no quiera que se haga pública.
De 2018 a 2020, los hackers robaron registros confidenciales de miles de pacientes de psicoterapia en Finlandia y exigieron que las víctimas les pagaran en bitcoins para evitar su divulgación pública.
El chantaje también puede ser una gran amenaza para las empresas. Por ejemplo, en 2015, los delincuentes piratearon la información personal de los clientes de TalkTalk Telecom Group. Los delincuentes exigieron que los ejecutivos pagaran 465 bitcoins para no vender estos datos ni arruinar la reputación de la empresa.
4. Devoluciones de impuestos interceptadas
“Halloween solía asustarme. Estaba seguro de que los monstruos, específicamente los zombis, iban por mí. Pero ya no tengo miedo porque me enfrenté a un demonio sin nombre que me hizo más daño del que cualquier monstruo imaginario podría hacer”. Así es como Allison, víctima de un robo de identidad fiscal, comienza su historia.
Su nombre, número de seguro social y fecha de nacimiento se usaron para presentar una declaración de impuestos fraudulenta, lo que generó un reembolso neto de $4,000 dólares. Cuando se enteró de lo que sucedió, estaba en apuros por más de $14,000 (incluidos impuestos, multas e intereses supuestamente no pagados).
5. Delitos cometidos en nombre de la víctima
¿Qué tal ir a la cárcel por un crimen que cometió otra persona? Un día, Jonah Scott Miller iba en bicicleta cuando fue detenido por la policía por una infracción de tráfico menor. Los oficiales verificaron su nombre y descubrieron una orden de arresto en su contra. Jonah nunca había tenido problemas con la ley, pero aun así lo llevaron a la cárcel. Resultó que su amigo de la infancia, a quien no había visto en años, había usado la identidad de Jonah durante uno de sus arrestos. Jonah fue puesto en libertad al día siguiente, pero sin duda fue una experiencia estresante.
Esto se llama robo de identidad criminal. Puede costarles a las víctimas desesperación emocional, encarcelamiento (otra víctima de robo de identidad pasó 43 días en la cárcel) y daño a la reputación, ya que el nombre de la víctima puede estar asociado para siempre con un delito que cometió otra persona.
Cómo las empresas pueden proteger a sus usuarios del robo de datos
Sumsub, plataforma de verificación de ciclo completo que apoya a las empresas con su proceso de verificación, ayudando a prevenir el fraude digital, señala que el robo de datos puede afectar a las empresas desde dos perspectivas. Primero, su identidad corporativa puede ser robada (al igual que la identidad de una persona) y los delincuentes pueden usarla para abrir cuentas bancarias, obtener préstamos o abrir oficinas en nombre de la empresa. En segundo lugar, los datos personales de los clientes de una empresa pueden ser robados a través de una filtración de datos. Esto inevitablemente resulta en pérdidas financieras y de reputación para el negocio.
Para protegerse a sí mismas y a sus usuarios, Sumsub recomienda a las empresas utilizar soluciones como:
Sistemas de protección de datos que aseguran que los datos corporativos y de los usuarios se conservan de forma segura.
Verificación de usuario, que comprueba las identidades de nuevos clientes, filtrando a los ladrones de identidad.
Autenticación de usuario, que garantiza que los usuarios reales ingresen a su plataforma, en lugar de bots y estafadores.
El robo de identidad puede ocurrir tanto a individuos como a empresas. Si pudiéramos tomar un solo consejo de las víctimas del robo de identidad, es que es más fácil proteger datos personales que recuperarlos.