Los profesionales con décadas en la industria enseñan a las nuevas generaciones, lo cual es y será una aportación invaluable. Pero hoy son también los jóvenes quienes pueden aportar sus conocimientos frescos, especialmente en tecnología y tendencias digitales, a los de mayor antigüedad.
Esta dinámica, conocida como mentoring inverso, transforma la forma en que se comparte el conocimiento en las organizaciones.
Tal tendencia se presenta en un momento clave para el mercado laboral: “La generación Z, que pronto superará en número a los boomers en el ámbito laboral, trae consigo nuevas perspectivas y habilidades digitales que son esenciales para el futuro empresarial. Así que para facilitar esta transición generacional y potenciar la colaboración, surge el mentoring inverso”, manifestó Ivonne López, Brand & Communications de Pandapé, proveedora de software para Recursos Humanos.
Estos nuevos profesionales, según López, dominan naturalmente las herramientas digitales y las tendencias actuales, pero sus prioridades en liderazgo y propósito organizacional evolucionaron. Lo anterior puede crear un desequilibrio de habilidades si las empresas no son estratégicas en la gestión del talento, como el mentoring inverso.
Una opción para mantener la competitividad
El mentoring inverso permite a las organizaciones conectar con las perspectivas y habilidades de los equipos emergentes, lo que resulta fundamental para mantenerse competitivas. De hecho, como afirmó López, esta práctica no sólo impulsa la transformación digital, sino que también fomenta un ambiente de colaboración donde la experiencia y la innovación se complementan, lo que crea una cultura organizacional que valora tanto la creatividad como la trayectoria.
Así, por ejemplo, los ejecutivos senior, que antes dictaban las reglas del juego, ahora prestan atención a los jóvenes con mayor dominio del entorno digital. Esta dinámica facilita que los líderes más experimentados comprendan mejor las expectativas y motivaciones de las nuevas generaciones, lo que fortalece su capacidad para tomar decisiones informadas en un mercado cambiante.
Beneficios del mentoring inverso
El impacto positivo de esta práctica va más allá de la simple transferencia de conocimientos. Las organizaciones que implementan programas de mentoring inverso mejoran la retención de talento joven, ya que éste siente que su voz es valorada. Esto resulta clave en un contexto donde la rotación laboral de las nuevas generaciones es un desafío constante para los profesionales de RRHH.
Además, se promueve la innovación. Al fomentar un intercambio de ideas entre jóvenes y veteranos, surgen soluciones creativas y estrategias adaptadas a las nuevas demandas del mercado. Los líderes mayores obtienen una comprensión directa de las tendencias más recientes, mientras que los jóvenes aprenden a integrar su visión con la experiencia empresarial.
¿Cómo aprovechar esta tendencia clave?
Para implementar con éxito esta tendencia, las empresas deben crear un entorno de confianza donde ambas partes se sientan cómodas cuando comparten conocimientos. Establecer objetivos claros y asignar tiempos específicos para las reuniones ayuda a que la relación sea productiva y enriquecedora para ambos.
Además, el uso de plataformas digitales de gestión de talento puede facilitar el seguimiento de estos programas de mentoría. Las herramientas tecnológicas permiten organizar las sesiones y registrar los avances, asegurando que cada encuentro tenga un propósito definido. Esto no sólo garantiza un intercambio efectivo de conocimientos, sino que también contribuye a la evolución de la cultura corporativa hacia un enfoque más colaborativo y adaptable, de acuerdo con López.
En definitiva, el mentoring inverso “es ya una estrategia clave” para las organizaciones que buscan mantenerse relevantes y conectadas con el presente y el futuro del mercado. “Más allá de un simple intercambio de roles, aseveró la especialista, se trata de construir un espacio de aprendizaje mutuo donde la experiencia y la juventud se retroalimentan”. Al apostar por esta práctica, las compañías no sólo fortalecen su capacidad de innovación, sino que también aseguran un liderazgo preparado.