El mercado laboral atraviesa una transformación profunda. Los cambios que están trayendo consigo las disrupciones tecnológicas (IA, automatización, entre otras), la evolución de necesidades, aspiraciones y motivaciones de los trabajadores, así como las tensiones geoeconómicas redefinen las reglas del trabajo.
En este contexto, el desarrollo de habilidades no sólo representa una ventaja competitiva. Se ha convertido en una condición esencial para la empleabilidad y la sostenibilidad de los negocios. Para 2030, el 39% de las habilidades actuales quedarán obsoletas. Esta cifra revela un ritmo sostenido de transformación que demanda nuevas estrategias de formación, atracción y retención del talento.
Para Ivonne López, Brand & Communications de Pandapé, “el crecimiento de las organizaciones ya no depende únicamente de la eficiencia operativa. Hoy, la clave está en detectar y fortalecer aquellas habilidades que generan valor desde la adopción tecnológica y el pensamiento estratégico. Por ello, las empresas que inviertan en el desarrollo de talento no solo se adaptarán mejor al cambio, sino que construirán ventajas competitivas sostenibles en el largo plazo”.
¿Qué habilidades lideran la evolución del talento?
De acuerdo con el informe “Future of Jobs 2025”, del Foro Económico Mundial, existen cinco habilidades que no sólo serán las más demandadas, sino también las que marcarán una diferencia en términos de crecimiento profesional:
- Pensamiento analítico: el 69% de las compañías lo considera esencial.
- Resiliencia, flexibilidad y agilidad: clave para adaptarse a entornos volátiles.
- Alfabetización tecnológica y en IA: habilidades técnicas que permiten la interacción eficiente con herramientas digitales y procesos automatizados.
- Liderazgo e influencia social: fundamentales para guiar equipos ante escenarios de cambio.
- Curiosidad y aprendizaje continuo: impulsores del crecimiento a largo plazo.
Las habilidades del futuro ya están en juego
En 2025, las empresas ya no miden únicamente el rendimiento por resultados numéricos. De hecho, según el estudio “Global Human Capital Trends”, de Deloitte, más del 70% de las organizaciones en México y el mundo reconoce que el enfoque tradicional de productividad ha quedado obsoleto.
En su lugar, las estrategias de capital humano se enfocan en potenciar habilidades que permitan a las personas prosperar en entornos híbridos, automatizados y en constante evolución. Este nuevo modelo también responde a una preocupación creciente: las demandas actuales superan la capacidad para responder, por lo que es clave cerrar la brecha de habilidades.
Una oportunidad estratégica para las empresas
El desarrollo de talento no es una opción y 85% de las organizaciones ya planea reentrenar o actualizar a sus equipos. A esto se suma que el 62% de los candidatos sólo aplica a ofertas que cumplen con sus expectativas de valor profesional y personal, reveló el informe de Gartner “Top 5 Priorities for HR Leaders in 2025”.
Las empresas que logran alinear sus estrategias con estas nuevas habilidades no solo mejoran sus indicadores de retención, también incrementan su capacidad de innovación y resiliencia organizacional. Las herramientas tecnológicas para la gestión del talento —como los sistemas de análisis de desempeño, rutas de desarrollo y plataformas de capacitación— juegan un papel clave en este proceso.
“La inversión en habilidades es una respuesta estratégica ante un mercado en constante transformación. Apostar por las personas implica impulsar su desarrollo, reconocer su potencial y acompañarlas en su evolución profesional. Por esta razón, las organizaciones que lo entienden están mejor preparadas para enfrentar la incertidumbre, innovar y construir entornos laborales más humanos, resilientes y productivos”, concluyó Ivonne López.