Este 15 de marzo es el “Día Mundial de los Derechos del Consumidor”. Me preocupo por mis derechos y estoy seguro de que usted también. Ahora permita que ambos demostremos que nos preocupamos haciéndonos responsables de nuestras acciones y haciendo realidad nuestros derechos.
Les cuento que hace dos meses, leí algo que me puso furioso. Una compañía de chocolate redujo gradualmente el tamaño de mi barra de chocolate favorita en 30%. La codiciosa compañía de chocolate estaba haciendo recortes en un intento por engañar a la gente común como yo. Juraba que los boicotearía.
Una semana más tarde me encontré haciendo cola para pagar en el supermercado, mirando mi barra de chocolate favorita. Cinco minutos después, me la estaba comiendo. Ni siquiera tuve la decencia de sentirme culpable.
Disfruto de estar justificadamente indignado, no me gusta tomarme el tiempo para ayudar a solucionar el problema. Solucionar las cosas es una molestia.
No hay un área donde la que haga esto más que con la seguridad cibernética y la privacidad en línea. Siempre me enfurece la última filtración de datos. Escribo blogs diciéndoles a las empresas que dejen de vender productos o servicios inseguros que dejan mis datos vulnerables ante los criminales. Estoy enojado cuando un sitio Web me obliga a descargar una aplicación y crear una cuenta en lugar de poder usar mi navegador móvil.
Sin embargo, de todos modos descargo la aplicación o continúo haciendo negocios con una empresa después de que han tenido una filtración de datos, han sido atrapados espiando a sus clientes a través de sus televisores, o vendido dispositivos inseguros conectados a Internet. Y luego, una vez más, me enfurezco seis meses después cuando las acciones de la compañía se siguen recuperando.
Como consumidor, tengo derecho a productos o servicios que son seguros y que respetan la privacidad. Sin embargo, también como consumidor, tengo la responsabilidad de ayudar a que mis derechos se hagan realidad.
A medida que los dispositivos conectados al Internet de las Cosas (IoT) continúan convirtiéndose en una parte más importante de la vida cotidiana, estos derechos y responsabilidades cobran aún más importancia.
Como consumidor y usuario de dispositivos conectados:
- Tengo derecho a comprar un dispositivo conectado que ha sido construido con “seguridad por diseño”. Esto significa que la seguridad está incluida en el proceso de diseño hasta la implementación.
- Tengo la responsabilidad de sólo comprar dispositivos conectados que sé que sean seguros. No debería comprar una herramienta de cocina conectada extravagante a menos que esté seguro de que probablemente no se convertirá en un robot para ayudar a colapsar una red eléctrica.
- Tengo derecho a exigir un dispositivo que sea fácil de actualizar en caso de que se encuentre un problema, y claramente transmita el ciclo de vida soportado del producto (por cuánto tiempo el fabricante le suministrará actualizaciones).
- Tengo la responsabilidad de actualizar mis dispositivos de manera oportuna. ¿Esperaría meses para reparar el parabrisas roto de un automóvil? Quizás, pero sé que no debería. Los dispositivos conectados que no están actualizados también pueden ser físicamente peligrosos, o potencialmente pueden informar a los delincuentes sobre sus hábitos diarios.
- Tengo derecho a saber cómo se utilizan los datos recopilados por mis dispositivos y quién puede acceder a ellos. Su ex no debería poder verificar los datos de su rastreador de actividad física para ver qué tan mal se tomó la ruptura.
- Tengo la responsabilidad de no comprar un dispositivo si no me dice cómo se usarán los datos. ¿Realmente vale la pena un refrigerador conectado a Internet si pudiera decirle a mi compañía de seguros (o peor, a mi madre) qué tan poco saludable he estado comiendo?
- Tengo derecho a saber cómo se protegerán y almacenarán los datos recopilados por mis dispositivos conectados.
- Tengo la responsabilidad de tomarme 10 minutos y educarme sobre las “buenas” prácticas de protección de datos. La guía de Mozilla,Privacidad no incluida, ofrece una genial lista de preguntas para hacer sobre un producto mientras compra.
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Por Sebastián Bellagamba, Director para Latinoamérica de Internet Society.