Aunque el burnout o síndrome de desgaste ocupacional lleva años en la conversación pública, recién en 2022 fue incluido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Esto significa que todos los países deberán considerarlo como un padecimiento laboral.
El organismo define que este síndrome se trata de “el resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito”, aclarando que “se refiere específicamente a los fenómenos en el contexto laboral y no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida”.
Atentos a esta problemática, Red Hat comenzó a prestar atención a la carga cognitiva de sus equipos, como parte de su cultura abierta de trabajo. Gracias al uso de un desarrollo basado en herramientas propias, la compañía creó una aplicación capaz de medir el desgaste laboral.
Cognitive Loadometer es una herramienta sencilla para medir un indicador clave en los casos de burnout: la carga cognitiva. El término hace referencia a la cantidad total de esfuerzo mental que se utiliza en la memoria de trabajo, como detalla John Sweller en el libro “Teoría de la carga cognitiva”. Según Matthew Skelton y Manuel Pais, autores del aclamado libro “Team Topologies” (IT Revolution, 2019), “cuando hablamos de carga cognitiva, es fácil entender que cualquier persona tiene un límite en la cantidad de información que puede tener en su cerebro en un momento dado. Lo mismo sucede para cualquier equipo simplemente sumando todas las capacidades cognitivas de los miembros del equipo”.
Inspirado en otras escalas subjetivas, como la Escala del Dolor, en Red Hat crearon la Escala de Carga Cognitiva Subjetiva utilizada en la herramienta Cognitive Loadometer.
“La primera señal la tuve cuando mi equipo de trabajo comenzó a expresar que estaba sobrecargado”, comentó Fabio Pereira, Head of Open Innovation Labs, Red Hat Latinoamérica y autor del libro “Conciencia Digital”. “Tenemos una cultura abierta, todos ven en el equipo lo que está haciendo cada uno, independientemente del lugar en el que trabajen, porque están distribuidas en Brasil, Argentina, México, Colombia y Chile. Empezamos a notar que había mucho trabajo en progreso y que había personas con muchas iniciativas al mismo tiempo. Cuando abrimos un espacio de discusión surgió el tema de la sobrecarga”.
Con el problema identificado, los especialistas de Red Hat se propusieron crear una herramienta capaz de medir la carga laboral para poder tomar medidas correctivas. “Cuando comenzamos a realizar mediciones, quedó claro con estadísticas lo que era una sobrecarga y a partir de allí abrimos otros ámbitos de discusión para pensar una solución entre todos los miembros del equipo. Es allí donde la cultura abierta se hace poderosa”, explicó Pereira. “Una de las soluciones fue enfocarnos más, y además limitamos los trabajos en procesos, también con la idea de mejorar el foco. Todo eso fomentó aún más la colaboración entre el equipo. Luego de las mejoras implementadas continuamos con las mediciones y los números de sobrecargas comenzaron a disminuir. Las métricas comenzaron a mejorar”.
Cognitive Loadometer se constituyó en un aporte más de Red Hat al fortalecimiento de la cultura abierta de trabajo, una de las premisas de una compañía que basa todo su modelo de negocios en el software colaborativo de código abierto. “Llevamos nuestra tecnología y nuestra cultura juntos, porque creemos que transformar no es solamente instalar una tecnología. Significa generar cambios de hábitos, comportamientos en la forma en que se entrega valor al negocio gracias al uso de la tecnología”, puntualizó el ejecutivo.
La atención que Red Hat pone a las recomendaciones de la OMS tiene un historial de trabajo en conjunto. Recientemente, el organismo tenía la intención de diseñar una infraestructura de desarrollo de código abierto sostenible que respaldara la creación de una plataforma para su nuevo centro de capacitación. Para lograrlo, se unió a Red Hat Open Innovation Labs, un entorno de laboratorio al estilo de una residencia con la colaboración de expertos, para desarrollar la plataforma denominada Learning Experience Platform (LXP), que gestiona su equipo interno, al igual que los procesos, para ofrecer información oportuna al personal sanitario. Gracias a este desarrollo, la OMS pudo reducir la distribución de información errónea y permitió que el personal sanitario de todo el mundo accediera a datos relevantes con mayor rapidez.