Un reciente estudio revela que aunque los empleados estén en la empresa físicamente, no siempre lo están mental o emocionalmente.
Este estudio, elaborado por la firma de consultoría tecnológica y de recursos humanos, CEB Global, muestra que los trabajadores estadounidenses esperan mantenerse en sus actuales puestos de trabajo durante al menos un año más. Y en cuanto a su esfuerzo, sólo el 22% está haciendo todo lo que puede.
Y a medida que las organizaciones luchan por atraer y retener talento, comienza a ganar valor el compromiso de los empleados con sus empresas.
De hecho, según un estudio de Deloitte realizado entre más de 7,000 ejecutivos de Recursos Humanos, el 48% de los encuestados reconoce que conseguir este compromiso a través de diferentes iniciativas es una alta prioridad para sus compañías.
“Compromiso”, el diferenciador
“Esto es un aspecto que está llegando a nivel de la dirección general. Se ha desatado una batalla entre compañías para crear el mejor ambiente de trabajo, con beneficios que generen una cultura corporativa de partcipación. Casi nueve de cada diez ejecutivos, o el 85% destaca este asunto como importante (38%) o muy importante (48%) para sus empresas”, afirma el análisis de Deloitte.
El compromiso es un importante diferenciador, según reconoce Brian Kropp, líder de la Práctica de Recursos Humanos en CEB Global. Agregó que las organizaciones están aprendiendo lo difícil que es cubrir sus puestos clave con personal motivado, productivo y comprometido.
“Lo que solía ser sólo un tema de conversación acerca de ‘tener la mejor gente’ se ha convertido en un elemento de acción real para las organizaciones. No pueden decirlo, tienen que serlo. Lo que vemos en nuestra investigación es que cuando las organizaciones tienen una mano de obra comprometida, productiva, tiende a superar a la competencia, en resultados, satisfacción del cliente, innovación, y otras tantas métricas”, sostiene Kropp.
El origen de la apatía
La incertidumbre económica y escepticismo sobre el estado de lenta recuperación económica son los principales estímulos para esta apatía, según Kropp. Después de la crisis financiera en 2008, muchas organizaciones eliminaron niveles medios para reducir costos y aumentar eficiencia. Hoy en día, hay menos opciones de promoción para los trabajadores, reconocen los especialistas.
Este nivel de “quemazón” de la plantilla puede ser, no obstante, difícil de detectar. Lo importante para los especialistas es saber dos grandes preguntas: qué motiva al empleado a trabajar duro y por qué trabaja aquí y no en otro sitio.
“Si no es capaz de responder a estas preguntas, entonces es muy posible que exista una desconexión grave”, concluye Kropp, quien recomienda a los directivos mantener conversaciones constantes con sus empleados para detectar la mejor forma de retener y potenciar al personal que tienen a su cargo.